En un año marcado por la estabilidad de precios y la necesidad de mayor eficiencia, el sector porcino de Entre Ríos consolida su posición como uno de los más dinámicos del país. Con un 8% de la producción nacional y un modelo basado en la integración y el valor agregado, la provincia enfrenta desafíos clave, como la competencia con las importaciones y la búsqueda de mercados externos.
Un primer semestre atípico
Sebastián Bouzada, presidente de la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (CAPER), destacó que 2025 ha sido un año «atípico» para el sector. A diferencia de años anteriores, donde los precios del capón en pie se ajustaban mensualmente, recién en agosto los productores registraron la primera suba. «El mercado interno se mantuvo ordenado, con un consumo que creció un 7%, pero la presión por aumentar la productividad es cada vez mayor», explicó.
La eficiencia se ha vuelto un requisito indispensable, especialmente para los pequeños y medianos productores, quienes enfrentan dificultades para acceder a tecnologías que les permitan competir. «La vara de la productividad sigue subiendo y quienes no se adapten quedarán fuera», advirtió Bouzada.
Claves del modelo entrerriano
Entre Ríos se distingue por tener una producción mayormente confinada y altamente eficiente. Un dato revelador: el 65% de los cerdos ya se faenan en la provincia, agregando valor localmente mediante chacinados y cortes especializados. Hace 15 años, ese porcentaje era inverso: el 80% del capón se exportaba en pie a otras regiones.
«El crecimiento de carnicerías exclusivas de cerdo y la integración vertical con el sector avícola son pilares de este cambio», señaló Bouzada. Además, resaltó el rol de las cooperativas y los esquemas de integración que permiten a los pequeños productores asociarse para no quedar marginados.
Exportaciones e importaciones: el desafío pendiente
Uno de los temas críticos es la balanza comercial. En 2020, el sector logró exportar 40.000 toneladas, pero en 2025 las ventas al exterior prácticamente desaparecieron. Paralelamente, las importaciones desde Brasil crecieron un 600%, superando las 30.000 toneladas.
«Argentina es cara por impuestos y falta de infraestructura, pero no podemos cerrarnos al mundo. La solución es exportar más de lo que importamos», argumentó Bouzada. Para ello, propone impulsar acuerdos sectoriales y mejorar la competitividad, siguiendo el ejemplo del sector avícola, que hoy coloca el 20% de su producción en el exterior.
Perspectivas para el segundo semestre
Con costos de alimentación favorables —las commodities mantienen precios bajos— y una demanda interna sólida, el sector apuesta a consolidar su crecimiento. Sin embargo, Bouzada remarcó la urgencia de políticas que apoyen la tecnificación y el acceso a mercados externos: «El consumidor entrerriano ya valora nuestra carne; ahora debemos conquistar otros paladares».