“La vitivinicultura es una actividad muy noble, porque a través la implantación y cuidado de las vides podemos obtener estos exquisitos vinos entrerrianos, pero además es una actividad que genera complementariedad. En nuestro territorio hay cerca de 80 viñedos, de los cuales la mitad está inscripta en el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). En cuanto a elaboración el Instituto nos califica en diferentes categorías. Hay elaboradores caseros, artesanales y bodegas; en este caso hay sólo cuatro en la provincia. De todos modos, el vino puede ser excelente independientemente de la categoría de elaboración”.

“Desde la AVER bregamos muy fuertemente que quien desarrolle viñedos lo haga pensando que hay que cuidar muy bien las plantas. Analizar primero el terreno, cómo haremos la implantación o qué variedades cultivaré. Las plantas pueden durar un siglo, razón por la cual hay que planificar. En cuanto a la producción, cuidar que la elaboración del vino apunte a un producto de calidad. Si hacemos eso nuestra producción en la provincia de Entre Ríos tendrá futuro si hacemos vinos de calidad, utilizando uvas entrerrianas, más allá que algún año necesitemos comprar en otra provincia. Hemos rubricado un convenio con el Consejo Federal de Inversiones (CFI), lo que permite que un enólogo capacite a nuestros productores y vayamos logrando mejorar la calidad de los viñedos y los vinos”.
La presencia del INTA
“Tenemos en Entre Ríos dos extensiones del INTA, una en Victoria y otra en Concordia. En este último se realizan tareas de investigación, en contacto con INTA Mendoza. De igual manera cada establecimiento tiene su técnico o profesional en la materia que los asiste. La provincia no dispone enólogos o especialistas, razón por la cual trabajamos con las universidades para que esa formación exista. Tenemos excelentes ingenieros, pero con otras especialidades. Hay dos tecnicaturas, una en San José y otra el Villa Elisa y necesitamos profesionales nuestros porque el vino comienza teniendo en cuenta cómo se desarrolla el viñedo y, por ejemplo, en Mendoza tienen otra manera de disponer las plantas, otro clima. Necesitamos desarrollar profesionales que conozcan cómo es aquí el manejo”.
Los mercados
“En la costa del Paraná es más difícil que la zona del Uruguay, son sólo porque la diferencia de cambio beneficia a los habitantes de la Banda Oriental, sino porque hay turismo todo el año. En la zona del Paraná la salida es encontrar alguna exportación. Por otra parte, la AVER participa de diferentes eventos en todo el país que, como la Expo Concepción del Uruguay, se realizará en septiembre. Finalizaremos el año con Entre Ríos entre viñas en Paraná, 10 y 11 de noviembre”.
“Todo esto nos permite divulgar los vinos, lo que nos viene muy bien a todos. También aprovechamos para hacer capacitaciones, porque se necesita mucha gente para las diversas tareas en el viñedo, desde la poda, hasta el cuidado a medida que evoluciona. Con la inclusión de raleo de hoja y de fruto para que quede menor cantidad de racimos y de mayor calidad”.